Ha cesado la lucha sangrienta; ya es hermano el que ayer invasor; de tres siglos lavamos la afrenta combatiendo en el campo de honor. El que ayer doblegábase esclavo
hoy ya libre y triunfante se ve; libertad es la herencia del bravo, la Victoria se humilla a su pie.
Dulce Patria, recibe los votos con que Chile en tus aras juró: Que, o la tumba serás de los libres, o el asilo contra la opresión.
Dulce Patria, recibe los votos con que Chile en tus aras juró: Que, o la tumba serás de los libres,
o el asilo contra la opresión.
Si pretende el cañón extranjero nuestros pueblos, osado, invadir; desnudemos al punto el acero y sepamos vencer o morir. Con su sangre el altivo araucano nos legó, por herencia, el valor; y no tiembla la espada en la mano defendiendo, de Chile, el honor.
Dulce Patria, recibe los votos con que Chile en tus aras juró: Que, o la tumba serás de los libres, o el asilo contra la opresión.
Dulce Patria, recibe los votos con que Chile en tus aras juró: Que, o la tumba serás de los libres, o el asilo contra la opresión.
Esas galas, ¡oh, Patria!, esas flores que tapizan tu suelo feraz, no las pisen jamás invasores; con tu sombra las cubra la paz. Nuestros pechos serán tu baluarte, con tu nombre sabremos vencer,
o tu noble, glorioso estandarte, nos verá, combatiendo, caer.