Llevo rato pensando, llevo rato observando el reloj, hoy mi cuarto está frÃo y cuando te miro tus ojos pierden el color. En la cama hay dos cuerpos separados por miedo y rencor,
dando un salto al vacÃo, perdiendo el sentido, no fuiste tú y tampoco yo.
Yo te ofendo, tú me insultas, luego me pides perdón, por favor. Nadie aquà tiene la culpa de lo que causó el amor, sólo Dios.